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Gas Natural: combustible de transición

La sociedad, la industria y el mundo en general transitan hacia un presente y futuro más amigable con el medioambiente. El calentamiento global es un riesgo presente en todo lo que hacemos, y sus efectos serán catastróficas para el planeta si no se actúa en consecuencia. Ante este escenario, la sociedad, los gobiernos y las empresas están implementando maneras de reducir sus emisiones de efecto invernadero, esfuerzo que tiene una relación directa con la energía.

Es aquí donde entra la transición energética, entendida como el cambio de un sistema de energía basado en combustibles fósiles hacia uno que utiliza fuentes bajas o nulas en emisiones de carbono, esencialmente sostenido por energías renovables, como la solar o la eólica. El reto, que tiene implicaciones de todo tipo -económicas, políticas, tecnológicas, infraestructurales, entre otras –no es fácil de resolver, ya que no se trata de dejar de usar hidrocarburos de un día para otro, sino que es un proceso paulatino que requiere adaptación, inversión e innovación.

 Muchas de las energías renovables dependen de elementos ambientales y climáticos: si está nublado, la generación de energía solar puede sufrir interrupciones; lo mismo sucede con la energía eólica cuando no sopla el viento.  Y aquí es donde surge la disyuntiva, ¿cómo podemos evolucionar al uso de energías renovables cuando todavía estamos expuestos a interrupciones en el proceso de generación?

Es aquí donde entra en escena una de las energías más baratas, eficientes, fiables y accesibles: el gas natural.

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Algunos de los beneficios de este combustible son:

  • Amigable con el medioambiente: Este combustible tiene menos impurezas que otras fuentes de energía fósil, es menos complejo químicamente, y cuando se quema produce muchos menos gases de efecto invernadero que otras energías fósiles; por ejemplo, proporcionan una reducción de CO2 comparado con el carbón de casi la mitad. Según la Administración de Información Energética de los Estados Unidos, de 2005 a 2017, el dióxido de carbono relacionado con la energía se redujo en un 14% debido al mayor uso de gas natural para la generación de energía.
  • Eficiencia: Ya sea para la calefacción del hogar en invierno, o del aire acondicionado en verano, el gas natural es una forma eficiente de energía. Sorprendentemente, casi el 90% del valor energético del gas natural llega a los consumidores; eso significa que se gasta muy poca energía al extraerlo y transportarlo, un factor que ayuda a mantener bajos los costos y las emisiones.
  • Seguridad: Según el Departamento de Transporte de Estados Unidos, los gasoductos son la forma más segura de transportar energía desde los lugares de producción hasta los usuarios finales, que incluyen hogares, empresas, centrales eléctricas e instalaciones de fabricación, gracias a que están ubicados bajo tierra, y protegidos de fenómenos meteorológicos como fuertes vientos o inundaciones.
  • Versatilidad: Las aplicaciones del gas natural son variadas: desde combustible para transporte de vehículos, hasta para el consumo doméstico o industrial, y por supuesto, la generación de energía eléctrica.
  • Hacia un cambio energético en el país: De acuerdo con previsiones, México dejará completamente de usar combustóleo y carbón para la generación de energía a principios de la década de 2030, por lo que el gas natural alimentará la mayor parte de la generación de energía del país hasta 2050. Lo anterior tiene una relación directa con los pactos del Acuerdo Climático de París, en donde el país se comprometió en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la generación de electricidad en un 30%, para 2030.
  • Redundancia: En el futuro cercano comenzaremos a ver más al gas natural como ese “plan B” que ayude a cubrir la demanda de generación de energía cuando las fuentes renovables no puedan cubrir la demanda por cuestiones climáticas, asegurando así el abasto y la seguridad energética.

¿Se preocupa TC Energía por el cambio climático? ¿Cuál es nuestra respuesta ante esta problemática?

Los requerimientos de energía son esenciales para nuestra vida diaria, al igual que la necesidad de abordar el cambio climático. Para enfrentar de manera efectiva este reto mayúsculo, el mundo debe encontrar formas nuevas e innovadoras de reducir las emisiones globales y al mismo tiempo garantizar la energía necesaria que todos necesitamos. Como empresa con un importante compromiso frente a los problemas relacionados con el cambio climático, apoyamos los objetivos del Acuerdo de París, y estamos listos para asumir el desafío crítico que tenemos ante nosotros, a medida que avanzamos hacia un futuro con bajas emisiones de carbono. Por ello, continuaremos colaborando con la industria, la academia y los gobiernos de Canadá, EE. UU. y México para mejorar la seguridad y la eficiencia de las operaciones de nuestros ductos y encontrar formas de reducir aún más nuestras emisiones.

Un ejemplo importante de estos esfuerzos son los 10 compromisos de sostenibilidad de la empresa, entre los que se incluye reducir las emisiones de efecto invernadero en un 30% para el 2030, y alcanzar las cero emisiones para 2050.