Siete razones más para amar el gas natural
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El gas natural es asequible, abundante y confiable. Sin embargo, ¿sabías que su uso va más allá de la cocina? Descubre por qué el gas natural sigue siendo una excelente opción para los bolsillos de los consumidores, el ambiente, la transición energética, el sector industrial y la salud pública.
Siempre natural
Hace miles de años, los seres humanos descubrieron el gas natural y se cree que el primer gasoducto se construyó en el año 500 a.C. en China. Según una teoría, el gas natural que se filtraba en la superficie se transportaba por cañas de bambú para usarse como fuente de calor, especialmente para hervir agua de mar con fines de consumo. Más de dos mil años después, en 1785, en Gran Bretaña se utilizó por primera vez el gas natural para iluminar casas y farolas.
Una opción de alta demanda y asequible
México cuenta con acceso a una de las fuentes de gas natural más económicas del mundo, lo que lo posiciona como una fuente de energía asequible en los próximos años. Además, su perfil de emisiones es considerablemente más bajo en comparación con el carbón, el combustóleo y el petróleo, lo que lo convierte en una opción valiosa para industrias o consumidores que buscan una fuente de energía más limpia. Su versatilidad para complementar las fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica, también contribuyen a su atractivo.
Vehículos con gas natural comprimido (GNC)
El gas natural es una de las opciones más prometedoras para reducir la huella de carbono en flotas de vehículos, sin sacrificar la asequibilidad y la confiabilidad. En América del Norte, el Gas Natural Comprimido (GNC) se ha convertido en una alternativa emergente y popular para el transporte. No solo los camiones y autobuses utilizan GNC, sino que también los motores GNC diseñados para vehículos medianos y pesados están ganando terreno en el mercado. En México, se ha observado un cambio hacia nuevas unidades de autobuses GNC en las flotas de transporte público, como las líneas de RTP en la Ciudad de México.
Energía a partir de residuos
El Gas Natural Renovable (RNG) se obtiene a partir de la descomposición de materia orgánica, como residuos animales, desechos de vertederos y lodos de aguas residuales. Se captura el metano para evitar que se libere a la atmósfera y se procesa como una fuente de energía limpia. Un ejemplo de su uso es el metro de Monterrey, que funciona con biogás producido con la basura que genera el municipio. Además, México produce más de 150 millones de toneladas de residuos cada año, los cuales podrían aprovecharse para generar energía.
Energía al alcance de todos
En México, la red de gasoductos abarca una longitud de 19,060 km. Lo cual equivale a 1.5 veces el diámetro del planeta Tierra, que mide aproximadamente 12,700 km. Esto se traduce al gran alcance que tiene el gas natural y ya es utilizado en varias industrias, como la de cosméticos, medicamentos, fibras sintéticas y plásticos, entre otras.
Herramienta para aprovechar el hidrógeno
La energía del hidrógeno se caracteriza por su perfil de bajas emisiones, porque cuando se quema produce principalmente agua como subproducto. Utilizar gas natural para extraer hidrógeno es una forma de aprovechar esta fuente de energía de bajas emisiones, que luego puede utilizarse para generar electricidad, calor y motores.
Un hogar más saludable
La utilización de leña y carbón como principales fuentes de energía para la cocción y calefacción en hogares mexicanos es una práctica que persiste, ya que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2021 casi 14% de casas en México usan madera o carbón para cocinar y para calefacción. El gas natural es una opción mucho más amigable con el medio ambiente y saludable, ya que la madera emite aproximadamente un 75% más de CO2 que el gas natural y causa una exposición elevada a sustancias tóxicas, como benceno, formaldehído y partículas finas de hollín.