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Estaré en casa para Navidad

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La nieve cae pues el invierno ha llegado a Calgary, Canadá, mientras Ingryt Pedraza mira por la ventana y piensa en todos los retos que ha enfrentado desde que decidió tomar un nuevo proyecto profesional. Ingryt dejó a su esposo, Luis Alberto, y a su bebé de un año, María José, durante un cuatrimestre, para perseguir su sueño de toda la vida de estudiar en el extranjero y convertirse en una de las mejores ingenieras en México. El camino no sería fácil, pero ella sabía que no podía perder esta oportunidad.

Ingryt tuvo que romper un paradigma en la cultura mexicana para poder irse a estudiar a Calgary. Dejar a su familia para continuar con su preparación, en lugar de quedarse en casa cuidando de su hija y esperando a que su marido fuera el único proveedor.

“Muchas mujeres dejan de perseguir sus sueños en términos profesionales una vez que inician una familia; éste no fue mi caso. Mi esposo viene de un hogar muy tradicional; sin embargo, pude convencerlo de que esta oportunidad me haría una profesionista más competente y una mujer más fuerte. Aunque sería difícil al inicio, a largo plazo solo traería beneficios para los tres y me permitiría cuidar mejor de mis seres queridos”, menciona Ingryt.

Ingryt terminó sus estudios en Ingeniería Química en la Universidad de Altamira en Tamaulipas. Pasó 10 meses aplicando a becas para seguir aprendiendo y desarrollar nuevas habilidades. En agosto de 2017 se le notificó que recibiría la beca de TransCanada para estudiar un cuatrimestre de Ingeniería en Ductos en la Universidad de Calgary. Le interesó este programa por dos motivos: incluía no solo temas de construcción de ductos, sino también de diseño, operación y control de calidad, y todos los maestros tenían una amplia experiencia en la materia.

“Me estaba empezando a desesperar de no encontrar oportunidades, aunque sabía que algo mejor me esperaba”, dice Ingryt. “Siempre había querido estudiar en el extranjero y nada me iba a detener”.

Todos los días ella habla por Skype con María José y Luis Alberto. Durante estos meses ha visto crecer a su hija a través de una cámara de video. Se perdió su primer cumpleaños y tampoco pudo estar en México cuando un familiar muy cercano falleció. Extraña a su familia, así como la deliciosa comida mexicana; pero al mismo tiempo disfruta mucho aprender sobre la cultura canadiense. Considera que los canadienses son muy respetuosos, abiertos a nuevas ideas y amigables con los foráneos. Ha mejorado su nivel de inglés y ahora tiene nuevas anécdotas sobre esta experiencia que recordará toda la vida.

Hay 13 estudiantes mexicanos completando el mismo programa, y en total desde 2015, 50 mexicanos se han beneficiado de esta beca conjunta entre TransCanada y Gobiernos de diferentes estados del país. Esta oportunidad involucra vencer retos y barreras como el lenguaje y el clima, pero todos los becarios han tenido el mismo objetivo de convertirse mejores profesionistas para el sector energético. En 2018 TransCanada lanzará un nuevo programa de becas en el país, enfocado en empoderar a mujeres, líderes y miembros de comunidades indígenas.

Ha sido un trayecto complejo, pero Ingryt está segura que dentro de unos años le contará a su hija los sacrificios que hizo para buscar una mejor vida para ellos y cumplir su sueño. Regresó a México el 23 de diciembre, justo a tiempo para Navidad, para celebrar sus logros y continuar con su exitosa carrera de ingeniera.